El intendente de Rawson, Carlos Munisaga, encabezó la inauguración del playón polideportivo “Amapola Esmeralda Tobal (Pola)” y la presentación de las obras de remodelación de la Plaza Belgrano, en el corazón del Barrio Belgrano.
Acompañado por funcionarios municipales, concejales, vecinos y el exintendente de San Martín, Cristian Andino, Munisaga destacó la figura de Pola como símbolo de lucha y compromiso comunitario: “Ella representa la organización y la fuerza de una comunidad que nunca bajó los brazos. Este playón y esta plaza renovada son obras que generan pertenencia y dignifican la vida de los vecinos”.
El secretario de Obras y Servicios, Facundo Cosma, recordó que el proyecto también responde al sueño de la homenajeada: “Pola quería ver a sus nietos jugar aquí, y hoy lo hicimos realidad. Este espacio es fruto del esfuerzo compartido con la comunidad”.
Las obras incluyeron la construcción del playón y cancha de fútbol-tenis, la reparación de juegos infantiles, la incorporación de equipos de calistenia y acrotelas, mejoras en veredas e iluminación, forestación con riego localizado, murales, puesta en valor de la gruta y limpieza integral del predio.
La emoción de los vecinos se hizo sentir durante la jornada. Miriam Muñoz, hija de Pola, agradeció el reconocimiento: “Mi madre puso todo su esfuerzo por este barrio. Para nuestra familia es un orgullo que lleve su nombre”.
Otros vecinos también expresaron su alegría. “Hace años esperábamos este polideportivo. Hoy los chicos tienen un lugar seguro para disfrutar”, sostuvo Claudio Villalba. Mientras que Liliam Flores señaló: “Este espacio refleja nuestra identidad y hay que cuidarlo porque es fruto del esfuerzo colectivo”.
Con la bendición de autoridades religiosas y el acompañamiento de familias del barrio, la inauguración se convirtió en una celebración comunitaria que unió pasado, presente y futuro.
La historia de Pola
Amapola Esmeralda Tobal, conocida como “Pola”, fue una vecina emblemática del Barrio Belgrano. Durante más de cinco décadas trabajó incansablemente por el crecimiento de la comunidad junto a su esposo, don Antonio Muñoz, con quien crió a sus cinco hijos y disfrutó de sus quince nietos.
En los años 80 impulsó obras clave como la construcción de la plaza, veredas, cordones e instalación de gas, marcando el inicio de la transformación del barrio. Su compromiso solidario y su amor por la comunidad dejaron una huella imborrable que hoy se materializa en el playón polideportivo que lleva su nombre.
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