Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña fueron procesados por el delito de trata de personas con fines de explotación laboral a trabajadores en el marco de la construcción de viviendas en el programa «Sueños Compartidos». La denuncia se había realizado en 2010.
La medida contra el matrimonio fue dictada por la jueza federal Zunilda Niremperger, quien además les impuso un embargo de 31 millones de pesos.
Actualmente, Sena y Acuña se encuentran detenidos y procesados con prisión preventiva por el femicidio de Cecilia Strzyzowski en Resistencia, Chaco, según Minuto Uno.
Los imputados por el delito de «homicidio agravado», ahora enfrentan una nueva denuncia por explotación laboral y trata de personas tras la denuncia realizada en 2010 por el apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo contra el matrimonio líder del movimiento «MTD 17 de Julio» y el dirigente Osmar Quintín Gómez, quien está detenido por el supuesto abuso sexual de una docente.
La acusación se dio en el marco del programa «Sueños Compartidos» por el cual se había firmado un convenio entre la provincia de Chaco y la Fundación Madres de Plaza de Mayo para la construcción de casas en un ex predio de campo de tiro, ubicado en avenida San Martín al 3500 de la ciudad de Resistencia.
Las personas que trabajaban en la construcción recibieron una beca del programa «Chaco por vos» de 500 pesos mensuales en diciembre de 2008 y enero/febrero de 2009. Sin embargo – según la denuncia – Emerenciano Sena les ordenó que no fueran más a cobrar la beca porque tenía que dársela «a otras personas».
Los trabajadores denunciaron también que Sena, Acuña y Quintín les habían prometido trabajo registrado y una vivienda para sus familias, algo que jamás sucedió.
A esto se le suman las condiciones laborales que enfrentaban los empleados: según la investigación del fiscal federal de Resistencia, Patricio Sabadini, Sena, Acuña y Quintín no respetaban la jornada laboral de 8 horas y obligaban a los trabajadores a permanecer muchas más horas en el predio, llegando incluso a colocar un candado para que nadie saliera del lugar.
Trabajadores denunciaron también que les pagaban solo si cumplían con las órdenes de Sena y que, una vez que recibían el dinero, los obligaban a que les entregaran una parte del sueldo a los acusados para hacer gorras, banderas y camisetas del movimiento piquetero que lideraban.
A su vez, a algunos les hacían firmar los recibos de sueldo por la suma de 1500 pesos y solo les entregaban 1.000 pesos.
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