El acuerdo electoral dentro del PJ Sanjuanino parece más un arreglo forzado que una verdadera unión. Tras la derrota de 2023, que puso fin a 20 años de hegemonía peronista en la provincia bajo Gioja y Uñac, los sectores internos buscan recomponerse, aunque con claras diferencias estratégicas.
Andino y Rosas se muestran juntos públicamente con el objetivo de ingresar a la Cámara de Diputados, aunque las encuestas recientes muestran que solo Andino tiene posibilidades reales. A diferencia de Rosas, criado en la estructura peronista, Andino llega como un candidato con menos arraigo en la militancia histórica, lo que genera cierto malestar entre las bases.
Mientras tanto, Gramajo mantiene una estrategia completamente distinta. En Chimbas, su imagen sigue consolidada, y el exintendente parece mirar más allá de las legislativas de 2025: su objetivo es 2027 y la gobernación de la provincia. Los pocos actos en los que Andino, Rosas y Gramajo se han dejado ver juntos son vistos más como un gesto simbólico que una verdadera alianza, dejando en evidencia la distancia política y de prioridades entre ambos sectores.
Fuentes cercanas a Gramajo afirmaron en off que la aparente “coordinación” con Andino y Rosas solo busca potenciar su propia presencia en la provincia, sin ceder terreno a quienes podrían competirle en el futuro. Desde la conducción del PJ, se insiste en que la división de sectores busca “llegar mejor al electorado”, pero en la militancia existe frustración. Muchos aseguran que Andino, aunque afiliado, no es el “compañero ideal”, y fue impuesto por Uñac y Gioja como el candidato que mejor media y evita riesgos electorales.
El propio Gramajo reforzó esta distancia al declarar en medios locales: “quien salía segundo era el primero de los perdedores”, en una clara alusión a Andino y su posible desempeño electoral. Mientras la campaña legislativa avanza, queda claro que la verdadera mirada está en 2027, y que Gramajo seguirá construyendo su perfil independiente, aunque esto implique tensiones dentro del PJ Sanjuanino.
El panorama deja a la vista un partido dividido: la fórmula Andino-Rosas intenta consolidarse de cara a las legislativas, mientras Gramajo fortalece su proyección personal, manteniendo una clara estrategia de poder de largo plazo que podría redefinir la política provincial.
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