La exgobernadora bonaerense y referente del PRO, María Eugenia Vidal, sorprendió con una publicación en LinkedIn donde reveló que comenzó a buscar trabajo fuera de la política.
“Goberné, fui diputada, firmé y redacté leyes, tomé decisiones difíciles. Pero el 10 de diciembre me quedo sin trabajo. Esta vez decidí no asumir ningún cargo porque elegí no ceder mis convicciones”, escribió.
Vidal, quien rechazó la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, aclaró que no integrará listas en las elecciones legislativas 2025 ni planea competir en 2026.
En su mensaje, contó que en los últimos años trabajó como docente, realizó consultorías y colaboró con organismos internacionales y ONG. Sin embargo, reconoció que “nunca trabajé en relación de dependencia en una empresa” y pidió consejos para encarar la transición: “¿Qué miran cuando reciben un perfil que viene del sector público y quiere hacer la transición al privado?”.
La dirigente, licenciada en Ciencias Políticas por la UCA y docente en la UDESA y en la UTDT, admitió que le toca reinventarse: “No es lo mismo hacerlo a los 50 que a los 20 o 30”.
En paralelo, ratificó sus diferencias con el oficialismo libertario: “No me voy del PRO, pero no estoy de acuerdo con el acuerdo con La Libertad Avanza porque no es lo mejor para la Argentina”.
Su anuncio abrió el debate sobre el futuro de los dirigentes políticos cuando dejan la gestión, y cómo sus experiencias pueden ser vistas como un aporte —o como un obstáculo— dentro del sector privado.
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