Kenya ya es libre: la última elefanta de Argentina llegó a un santuario en Brasil

Luego de siete años de preparación y un viaje de 3.600 kilómetros, Kenya vivirá en libertad en el Santuario de Elefantes de Brasil, cerrando 136 años de cautiverio de la especie en el país.

Tras siete años de trabajo y planificación, Kenya, la última elefanta cautiva de Argentina, completó el viaje desde el Ecoparque de Mendoza hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), donde empezará una nueva vida en libertad junto a otros ejemplares de su especie.

El trayecto fue de 3.600 kilómetros y duró cinco días. Kenya fue acompañada en todo momento por su cuidador, Marcos Flores, y dos especialistas del Santuario: Scott Blais, fundador del SEB, y la veterinaria Trish London. Durante la travesía, la elefanta viajó tranquila, se alimentó bien y descansó. Al llegar a su destino, fue recibida con jugo de coco.

“Kenya va a poder estar con otros de su especie, oler pasto húmedo, rascarse contra un árbol y moverse con libertad”, celebró Ignacio Haudet, director de Biodiversidad y Ecoparque, quien también formó parte del operativo.

Kenya tiene 44 años y llegó a Mendoza en 1985, cuando tenía apenas cuatro años, mediante un convenio con el zoológico alemán Tierpark Hagenbeck. Desde entonces, vivió en un recinto cerrado y fue el último ejemplar de elefante en cautiverio del país.

Leandro Fruitos, consejero de la Dirección Biodiversidad y Ecoparque de la Fundación Franz Weber, resaltó la importancia histórica del traslado: “Se cierra un ciclo de 136 años de cautiverio de elefantes en la Argentina”. La salida del país se concretó por la frontera entre Misiones y Brasil, con todos los papeles en regla.

Kenya viajó en un contenedor especialmente diseñado y adaptado bajo las normas CITES para garantizar su bienestar. En 2023, un primer intento de traslado se frustró porque la elefanta se negó a subir al contenedor, pero esta vez el proceso se dio en total calma.

El Santuario de Elefantes de Brasil alberga a otros paquidermos rescatados de zoológicos y circos, y ofrece un entorno natural controlado, con 1.200 hectáreas de selva, pastizales y lagunas. Por primera vez, Kenya podrá experimentar la vida en un ambiente lo más parecido posible a su hábitat natural.

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