Sin embargo, desde el departamento de Salud provincial sostienen que son cinco los bebés fallecidos. Según detalló Mariana Figueroa, directora de Asuntos Legales del Ministerio de Salud provincial, desde su cartera se tomó conocimiento de 13 bebés que no presentaron una evolución «esperable» después de nacer de «mamás sanas» y que de ellos, «cinco murieron y ocho están vivos».
Figueroa contó que fueron «profesionales» del hospital los que dieron la voz de alerta por una situación que no es «normal o habitual en la evolución de los pacientes».
La respuesta del hospital
Las declaraciones de la funcionaria fueron respaldadas más adelante por el último comunicado oficial de la cartera de Salud de la provincia con respecto a «una serie de inconsistencias en la evolución de pacientes del nosocomio».
«Observando factores adversos en común y/o muy similares, los que no coinciden con el diagnóstico y las características de la madre y el recién nacido, se inició una investigación administrativa a los fines de esclarecer los hechos y determinar la posible causal, y en caso de corresponder la efectiva atribución de responsabilidades», indica el comunicado.
El fiscal Garzón deslizó que la principal sospecha apunta al suministro de alguna sustancia «por mala praxis o intencionalmente». Aseveró que «son casos puntuales en una franja de tiempo precisa», y que no volvió a suceder. Además, apuntó a la principal preocupación de los investigadores, que indicaría que las víctimas fatales «no tenían factores de riesgo».
Sobre las cinco defunciones, Garzón detalló que «se peritaron con autopsia dos de los recién nacidos porque fueron motivo de denuncia». En este sentido, expresó que fue un ciudadano —no familiar de los bebés— el que hizo la denuncia que impulsó la investigación.
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