El exintendente de la Capital y exministro de Gobierno de Sergio Uñac, Emilio Baistrocchi, rompió el silencio y lanzó una bomba política: anunció que impulsará un jury de enjuiciamiento contra los miembros del Tribunal de Cuentas, Pablo García Nieto y Juan Flores, a quienes acusó de haber incurrido en “faltas en el ejercicio de sus funciones” y no dudó en calificarlos como “los caniches del exgobernador Uñac”.
Los funcionarios señalados fueron designados por la Legislatura apenas 14 días antes de que Uñac dejara la gobernación, lo que ya había despertado críticas en su momento por la falta de consenso y la sospecha de una maniobra para blindar espacios clave del poder.
El Tribunal de Cuentas es un órgano con peso político real: controla el uso de los fondos públicos tanto a nivel provincial como municipal. Por eso, este intento de juicio político no es solo un pase de factura personal: el oficialismo observa con atención, ya que se juegan posiciones estratégicas dentro del tablero institucional.
La ruta institucional y los números que mandan
Una vez que Baistrocchi presente formalmente la denuncia, esta será tratada por la Sala Acusadora, que hoy tiene mayoría de Producción y Trabajo, el PRO, Actuar y aliados clave como el angaquero Marcelo Mallea. Por esa razón, todo indica que la acusación avanzará en la investigación, incluso con el apoyo eventual de bloques como la UCR.
La Sala Acusadora está presidida por Enzo Cornejo (PRO) e integrada mayoritariamente por el oficialismo, con nombres como Eduardo Castro Ríos, Juan de la Cruz Córdoba, Mónica González y Jorge Ripoll, entre otros. El número está a favor para seguir adelante.
La Sala Investigadora, donde también predomina Producción y Trabajo junto a la UCR (Cordoba, Leonardo y Quiroga) y la justicialista Fernanda Paredes junto con el bloque unipersonal de Leopoldo Soler (Mejor Nosotros), bloques menores, permitiría profundizar el proceso por 3 votos contra 2.
Pero cuando llegue el turno de juzgar…
La verdadera traba aparece al llegar a la Sala Juzgadora, donde el peronismo tiene mayoría propia. Con figuras como Juan Carlos Quiroga Moyano (presidente), Pedro Albagli, Sonia Ferreyra, Marisa López y el giojista Mario Herrero, el Bloque Justicialista cuenta con los votos suficientes para bloquear cualquier intento de destitución.
Incluso sumando al bloquismo, el oficialismo no llegaría a los dos tercios necesarios para remover a los cuestionados miembros del Tribunal de Cuentas.
Más que una pelea personal
Lo que a simple vista parece una pelea entre exsocios políticos, esconde una puja de fondo por el control de las herramientas que auditan al Estado. En épocas de ajustes, denuncias cruzadas y balances cuestionados, el control de las cuentas es poder.
Por ahora, los “caniches de Uñac” seguirán ladrando desde sus despachos. Y Baistrocchi, sin poder morder.
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