Este martes comenzó en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Campana el juicio contra el empresario Claudio Contardi, acusado de abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental de su expareja, Julieta Prandi. Los hechos denunciados se habrían repetido durante al menos tres años.
Contardi fue el primero en declarar. Separado de su ex por un biombo —a pedido de ella—, aseguró que la relación fue “consentida” y se victimizó ante el tribunal: “Nunca tuve una relación con Julieta que no fuera consentida. Ella miente por una cuestión económica”, sostuvo. Aun así, negó considerarla una “mala madre o perversa”.
Sin embargo, su testimonio contrastó de manera tajante con el de Julieta Prandi, quien habló durante casi dos horas ante los jueces. Definió su vida al lado de Contardi como “un infierno”, relató amenazas constantes como “no vas a cumplir más años” y dijo que, durante años, accedía a tener relaciones por miedo a que él la matara.
“Yo ya estaba anestesiada en vida. Me daba todo lo mismo, si me mataba me hacía un favor”, expresó Prandi, quien describió que su ex ejercía un control absoluto sobre su vida: la seguía hasta el trabajo, le hacía cambiar el número de celular y en ocasiones la dejaba incomunicada.
El inicio del debate no estuvo exento de tensión. El nuevo abogado defensor de Contardi intentó trabar el juicio con un pedido de nulidad de múltiples actos procesales, lo que fue rechazado tras un cuarto intermedio. Además, se vivió un cruce verbal entre los abogados de ambas partes a la salida del tribunal, frente a las cámaras de televisión.
El juicio continúa esta semana con testimonios clave. Algunas declaraciones previstas para este miércoles podrían reprogramarse debido a que la primera jornada se extendió más de lo previsto.
Contardi llega al juicio con prisión domiciliaria y monitoreo electrónico, medida dispuesta por el juez Luciano Marino, tras la investigación impulsada por el fiscal Christian Fabio, de la UFI N°4 de Escobar.
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