En la tarde de este jueves, en San Juan habrá una celebración por el Día de la Lealtad Peronista. En ese marco, habrá un acto oficial, que tendrá lugar en la sede del PJ, ubicada en calle 25 de Mayo.
«¡Únanse!… sean hoy más hermanos que nunca», expresaron para invitar a la jornada que, año a año, se hace con militantes y funcionarios. «Sobe la hermandad de los que trabajan ha de levantarse la unidad de todos los argentinos», citaron, respecto a una frase de Juan Domingo Perón.
Con esas palabras, invitaron al evento a las 19:30, en la sede de calle 25 de Mayo, antes de Avenida Alem, Capital.
Por qué celebran los 17 de octubre
El Día de la Lealtad Peronista se celebra cada 17 de octubre en la Argentina. Se trata de una jornada en la que los militantes del Partido Justicialista se reúnen para rememorar los hechos históricos acontecidos un día como este, pero de 1945, y destacar las consignas principales de la agrupación política.
La fecha de la celebración partidaria toma el día de la huelga general multitudinaria que se concentró en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, para pedir por la liberación de Juan Domingo Perón, quien hasta pocos días antes había sido vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión, y que en ese momento se encontraba detenido en la Isla Martín García por las fuerzas del gobierno de facto de Edelmiro Farrell que él mismo había integrado.
Como secretario de Trabajo, Perón promovió mejoras sustanciales para los obreros como la obtención de vacaciones pagas, la institución del aguinaldo, la ampliación de convenios colectivos de trabajo y mejoras sectoriales como el estatuto del peón, que reglamentó el trabajo rural. Así logró visibilidad y gran cantidad de adeptos entre los trabajadores, lo que incomodó a algunos componentes de la Junta Militar, asociados al Círculo Militar y la guarnición de Campo de Mayo, que pidieron su renuncia y detención.
Aunque Perón dejó dichos cargos el 10 de octubre, fue detenido el 13 «porque había motivos para temer por su vida», como cuenta el historiador Félix Luna en su libro El 45. En aquel entonces, la creciente popularidad del dirigente y el ascendente de su compañera Eva Perón como dirigente popular e influencia de Perón escandalizaban a figuras de la clase militar cercanas a Farrell, cuyo gobierno llevaba en estado de sitio desde el 25 de septiembre, cuando se había desbaratado un intento de golpe liderado por Arturo Rawson, y la presión para llamar a elecciones libres era insostenible.
La noticia de la detención de Perón organizó a trabajadores, sindicalistas y afines al exministro, que constituyeron las principales columnas de aquel reclamo en el que, además de exigir la liberación del líder político y reivindicar sus políticas sociales, se pusieron de manifiesto los derechos laborales que aún quedaban por conseguir.
Una conocida imagen de la movilización de aquel 17 de octubre muestra a miles de trabajadores concentrados en el centro porteño y a un puñado de ellos con los pantalones arremangados y sus pies dentro de la fuente de agua de Plaza de Mayo, refrescándose del calor en aquella jornada primaveral. Una multitud rodeó la Casa Rosada, donde los dirigentes de la Junta Militar observaban el panorama.
Finalmente, la insistente presión social surtió efecto: Farrell mandó a llamar a Perón y le pidió que hablara desde el balcón de la Casa de Gobierno para aplacar a la masa que pedía su libertad. Entonces, el hombre que sería presidente por tres mandatos brindó un discurso frente a una plaza repleta de trabajadores.
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