Parece que en San Juan, ejercer el periodismo empieza a ser un deporte extremo. Esta vez, el blanco fue Tiempo de San Juan, ese molesto diario que insiste en hacer algo tan anticuado como informar. El protagonista del nuevo capítulo es Gustavo Monti, empresario, contratista y, casualmente, primo del exgobernador y actual senador nacional, Sergio Uñac.
Molesto porque este medio osó investigar —y publicar— sobre sus actividades empresariales durante los tiempos dorados de su pariente en Casa de Gobierno, Monti optó por el camino más democrático posible: mandar una carta documento exigiendo silencio. Porque claro, qué mejor forma de celebrar la república que pidiendo que los medios dejen de hacer su trabajo.
La historia va así: Tiempo de San Juan publicó avances sobre la investigación del escándalo de los caños del Acueducto Gran Tulum, que involucra, entre otros, a la firma PVC San Juan SRL, propiedad de Monti. Ante esto, el empresario no eligió responder ni aclarar. No. Prefirió el viejo truco de intimidar con papeles legales y el intento (fallido) de censura elegante.
Eso sí, tan interesado en que no se lo nombre, Monti envió una carta notarial sin constituir domicilio para que se le conteste. Un olvido administrativo, seguramente. Tiempo de San Juan, cumpliendo con todas las formas, respondió enviando la contestación a la dirección que figura en el Registro Público de Comercio. Resultado: la respuesta volvió. El silencio también se puede devolver con acuse de recibo.
Y esto no es nuevo. Monti ya tiene antecedentes de querellar periodistas sanjuaninos por el simple y revolucionario acto de hablar. Pero claro, en ciertas familias, el poder parece venir con alergia a la prensa. Más aún si esa prensa no responde al manual del aplauso fácil.
Mientras algunos intentan que el periodismo se arrodille, Tiempo de San Juan reafirma su compromiso con la información. Porque el silencio no es una opción. Y porque, aunque a algunos les incomode, la libertad de expresión no se negocia por parentesco.
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