Capital: Vecinos se oponen a la decisión de reubicación de los carros pancheros dispuesto por la Municipalidad

Vecinos de calle Alberdi acusan al municipio de imponer una medida inconsulta y advierten sobre inseguridad, ruido y “presencia de drogas y ratas” frente al Cementerio.

Este martes por la noche, residentes de calle Alberdi —entre Lencinas y España, en la Ciudad de San Juan— se manifestaron de forma pacífica en rechazo a la reciente decisión del municipio de trasladar a esa zona los carros de comida que anteriormente operaban en calle San Luis, entre Las Heras y España.

La medida fue confirmada por la intendenta de la Capital, Susana Laciar, quien aseguró que los food trucks no volverán a instalarse en calle San Luis, un sector que había generado polémica por la presencia desordenada de manteros en el parque cercano.

Aunque el nuevo destino se encuentra relativamente cerca del anterior, su ubicación frente al Cementerio de la Capital generó un fuerte rechazo entre los vecinos. Durante la noche, expresaron su preocupación y dejaron en claro que no se oponen al trabajo de los emprendedores, pero consideran que el barrio no es adecuado para este tipo de actividad.

“En el cementerio están nuestros seres queridos, no se ha respetado eso. Tampoco se realizó una encuesta ambiental y esta es una zona con mucho tráfico. Corremos peligro porque aquí vive gente mayor. Ese tipo de carros, con música fuerte, atraen personas con drogas, ratas, pericotes, y eso genera un ambiente muy negativo. Pagamos impuestos todo el año, pero eso no se considera”, expresó Graciela, una vecina cuya casa se encuentra muy cerca del nuevo emplazamiento.

Desde la Municipalidad ya habían anticipado que la calle San Luis no volverá a ser una opción. El objetivo del cambio es reorganizar el uso del espacio público y evitar aglomeraciones. Cabe mencionar que los carros de comida fueron incluidos en la reubicación junto con los manteros que habían sido desalojados del parque debido a su ocupación excesiva. Sin embargo, los food trucks estaban instalados en la zona mucho antes que los vendedores informales, y el municipio abrió instancias de diálogo con ellos para encontrar una solución.

Pese a esto, los vecinos adelantaron que presentarán un pedido formal para que la medida sea reconsiderada. Por el momento, el conflicto entre el derecho al trabajo y la tranquilidad del vecindario continúa sin resolverse.

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