El Congreso de Perú destituyó en la madrugada de este viernes a la presidenta Dina Boluarte, tras un juicio político exprés que contó con el voto de 118 legisladores. En su lugar, asumió de manera interina el titular del Parlamento, José Jerí, líder de tendencia derechista.
Boluarte, de 63 años, deja el poder que había asumido en diciembre de 2022, convirtiéndose así en la séptima mandataria que pasa por el cargo desde 2016, un reflejo de la profunda inestabilidad política que atraviesa el país andino.
El Congreso aprobó su vacancia por “incapacidad moral permanente”, citando la grave crisis de inseguridad que vive Perú, con un fuerte aumento de la extorsión y la criminalidad.
“La presidenta ha vivido alejada de la realidad. El país sufre y ella sigue en una fantasía. Merece ser castigada”, declaró la legisladora Norma Yarrow, de Renovación Popular.
Boluarte se negó a asistir al debate de su destitución, argumentando —a través de su abogado, Juan Carlos Portugal— que no tuvo tiempo suficiente para preparar su defensa ni garantías de debido proceso.
Durante su gestión, la exmandataria perdió apoyo político y social, sin una bancada propia y rodeada de escándalos judiciales. Entre ellos, destacan:
La represión de protestas que dejó más de 50 muertos tras su asunción.
Una causa por abandono de cargo, luego de operarse sin avisar al Congreso.
El “Rolexgate”, cuando fue cuestionada por usar joyas de lujo no declaradas.
Con su destitución, Boluarte pierde el fuero presidencial y podrá ser procesada por la Justicia.
Por ahora, José Jerí encabezará un gobierno transitorio mientras se mantienen las elecciones generales previstas para abril de 2026, en medio de un clima de incertidumbre política y social.
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