Después de más de tres meses de prisión domiciliaria, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió la visita del gobernador bonaerense Axel Kicillof en su departamento de San José 1111.
El encuentro se desarrolló el miércoles y duró alrededor de una hora y media. Según trascendió desde ambos entornos, la reunión fue calificada como “buena” y “constructiva”, aunque no se difundieron fotografías.
Los dirigentes conversaron sobre la elección de octubre y el complejo panorama nacional e internacional. Coincidieron en que es fundamental “sumar fuerzas” para enfrentar el proceso electoral, destacando la necesidad de unidad en el peronismo bonaerense.
La última vez que se habían visto fue el 10 de junio, antes de la detención de la exmandataria, en un contexto de tensiones internas. En esta ocasión, la intención de Kicillof fue tender puentes, frenar el “fuego amigo” y afianzar su liderazgo en la provincia.
En el kirchnerismo, algunos sectores sugerían posponer la visita hasta después de los comicios, pero finalmente se decidió adelantarla a poco más de veinte días de las elecciones generales.
Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner mantiene una agenda política activa desde su domicilio, recibiendo a candidatos y dirigentes, y enviando mensajes sobre la situación del país, reafirmando su influencia en la vida interna del peronismo y en la política nacional.
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