El Papa León XIV llamó a los obispos a actuar con firmeza frente a los abusos

Durante el Jubileo, exhortó a más de 300 prelados a vivir con austeridad, cercanía al pueblo y tolerancia cero ante los delitos contra menores.

En el marco de las celebraciones por el Jubileo, el papa León XIV dirigió un fuerte mensaje a unos 300 obispos reunidos en el Vaticano, en el que instó a mantener una postura clara y decidida frente a cualquier caso de abuso, especialmente aquellos cometidos contra menores. “Deben atenerse a las disposiciones vigentes”, remarcó el pontífice.

Durante su alocución, transmitida por Vatican News, el Papa pidió a los obispos adoptar un estilo de vida sencillo, sobrio y generoso, acorde a las condiciones de vida de sus comunidades. “Las personas pobres deben encontrar en él un padre y un hermano, sin sentirse incómodas al encontrarse con él o al entrar en su casa”, expresó.

Asimismo, subrayó que el obispo debe estar “personalmente desapegado de las riquezas” y no ceder a ningún tipo de favoritismo. También remarcó que la castidad y el celibato, más allá del voto formal, deben vivirse como una expresión profunda de entrega: “No se trata sólo de ser célibe, sino de practicar la castidad del corazón y de la conducta”.

En una intervención complementaria, el cardenal Robert Prevost insistió en la necesidad de actuar sin vacilaciones ante situaciones de escándalo: “Deberá ser firme y decidido al afrontar las situaciones que puedan provocar escándalo, así como cualquier caso de abuso, especialmente contra menores, ateniéndose a las disposiciones vigentes”, dijo.

Esperanza, cercanía y compromiso

León XIV, de doble nacionalidad estadounidense y peruana, remarcó además que el obispo es ante todo “un hombre de esperanza”. En tiempos de crisis social, sostuvo, su tarea no es ofrecer “recetas”, sino estar cerca del pueblo con gestos concretos y comunidades vivas que encarnen el Evangelio.

“Cuando las familias llevan cargas excesivas, cuando los jóvenes están decepcionados, cuando los ancianos o las personas con discapacidades graves se sienten abandonados, el obispo está cerca y no ofrece discursos, sino consuelo y comunidad”, concluyó el Sumo Pontífice.

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