El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dejó fuertes declaraciones en una entrevista con la cadena ABC News al sugerir que el asesinato del líder supremo iraní, el ayatollah Alí Khamenei, podría poner fin al conflicto entre Israel e Irán. “No intensificaría el conflicto, lo terminaría”, afirmó, responsabilizando al régimen iraní por décadas de inestabilidad en Medio Oriente.
Netanyahu acusó a Irán de promover el terrorismo, el sabotaje y de estar detrás de ataques como los bombardeos a los campos petrolíferos de Aramco en Arabia Saudí. “Israel actúa para evitar una guerra eterna con consecuencias nucleares globales”, remarcó.
Sin embargo, desde la administración de Donald Trump descartaron tal posibilidad. Según reveló un funcionario estadounidense a la CNN, el presidente se opone tajantemente a cualquier intento de Israel de atentar contra Khamenei, debido a las negociaciones en curso sobre el programa nuclear iraní.
En tanto, la tensión bélica sigue en alza. Tras varios bombardeos israelíes sobre objetivos del programa nuclear iraní, ya se contabilizan al menos 224 muertos y más de 1.000 heridos en Irán, y 24 víctimas fatales en Israel como consecuencia de los ataques de represalia.
Netanyahu defendió las acciones de su país, argumentando que tienen información sólida sobre el desarrollo de armas nucleares por parte de Teherán. “Hoy es Tel Aviv, y mañana puede ser Nueva York”, alertó, y pidió el respaldo total de Estados Unidos y la comunidad internacional. También denunció que el gobierno iraní entabla “conversaciones falsas” para ganar tiempo mientras avanza con su plan armamentístico.
Las declaraciones del primer ministro israelí agitan el debate sobre la legalidad y las consecuencias de asesinar a líderes de Estado, en un contexto geopolítico cada vez más tenso y peligroso.
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