La situación fue aprovechada por Tello, que en un descuido emprendió la carrera en dirección a villa Observatorio y desapareció en una de sus calles. No era cualquier preso. Tello fue el delincuente que asaltó y violó a una mujer de 57 años en una casa de Caucete, la madrugada del 12 de enero de 2014. Por ese hecho, el joven fue condenado a 9 años de prisión.
El preso fue capturado 11 horas después junto a otro sujeto a bordo de una EcoSport en la intersección de las calles Coll y Calivar, en Rivadavia. En la investigación por la fuga, siempre estuvo claro que no existió complicidad del penitenciario en la evasión, pero sí que hubo negligencia de su parte. Es que, además, ninguno de esos presos estaba autorizado a salir fuera del penal.
Nada evitó el sumario administrativo en su contra. El guardiacárcel admitió su responsabilidad, pero también afirmó que él no debía cumplir esas tareas porque era administrativo. Las autoridades de Control de Gestión y de la dirección del Servicio Penitenciario Provincial le bajaron el pulgar. Y fue así que finalmente decretaron su cesantía, que no es otra cosa que dejarlo sin trabajo.
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